DIA 15: Consuegra - Orgaz
Una noche sin pegar ojo, sin haber razones
aparentes y con
el cansancio de los días acumulados, me tenían un poco
preocupado puesto que
sobre el terreno, se trataba de la etapa más dura…el puerto de
Los Yébenes, que
estaba un poco más allá de la mitad de la etapa y con el peroneo
dando guerra,
no era precisamente lo que mejor le iba.
Un buen desayuno en el San Poul, con una
buena despedida de
Carlos, el dueño, hace que el ánimo lo tenga intacto, el
vislumbrar ya Toledo y
mi fiel escudero siempre a mi lado mimándome, no tenía razones
para ver nada más
que medio llena la botella.
A las 9:10 estábamos en la salida Blanca,
Alfredo y yo. En
el centro de la plaza del ayuntamiento y con una asistencia de
varias personas
y personajes ( 9 en total ), nos dio la salida el Sr. Alcalde,
Benigno Casas y
que nos puso bien escoltados para una salida sin problema por
las calles de
Consuegra en dirección Los Yébenes.
Pronto tomamos el ritmo de crucero y
enfilamos el camino
lateral de tierra, junto a la rectilínea carretera. Sin
prácticamente viento y
un sol un poco tímido que se vislumbraba entre las altas nubes,
llegamos al Km.
8 donde Blanca debía volver corriendo al punto de partida por el
trabajo que le
esperaba.
Proseguimos a buen ritmo incrementándolo sin
darnos cuenta,
llegando a ir a un promedio de 5:45 por Km. ( la media debía ser
de 6:15 ) pero
las piernas nos pedían “estirar” un poco el motor.
La ambulancia y el coche de apoyo los
volvimos un poco
locos, pues nos íbamos cambiando de parte a parte del lateral de
la carretera
según se veía mejor el estado del suelo.
Al fin, en el Km. 22, llegamos al casco
urbano de Los Yébenes,
donde nos esperaba la policía local motorizada y haciéndonos
llegar a los
distintos colegios, realizando un circuito en cada uno de ellos.
Pasamos también
a la altura de una concentración de mujeres, donde la más joven
podría tener
unos 60 años ( no muchos más que yo, que tengo 55) y que junto
con sus
monitoras, recorrimos un trayecto de unos 1500 m. a
un ritmo un poco más
pausado pero sin parar de correr y que nos llevó a otro colegio,
el CP San José
de Calasanz, donde sin parar de correr me dieron un libro con
dibujos de muchos
alumnos de la escuela infantil, con alusiones a Forrest 2.0 y
que daban las
gracias en unos estilos muy emotivos. Hay que ver estos peques
la fuerza de su
expresión pictórica y cómo cada uno ve a Forrest de una manera
especial y en
algunos casos, hasta me han hecho saltar las lágrimas ya que han
hecho una
asociación entre la carrera solidaria y un hospital donde se ve
a un niño dando
las gracias.
La palabra “gracias” es una constante entre
los dibujos de
los más mayorcitos…
Después, llegamos a la parda técnica, sobre
el Km. 24, en la
puerta del ayuntamiento donde una buena representación de la
corporación, con
el Sr. Alcalde a la cabeza, dio el agradecimiento por lo que
estaba haciendo. Me ofreció firmar en el libro de ilustres que, muy orgullosamente acepté en ese mismo momento: un gran honor para mi (es la primera vez que se me
ha presentado
tal honor ).
La anécdota la protagonizó una de las señoras
que corrieron
junto a mi y que llegó hasta el mismo ayuntamiento, con lo cual
llegó a correr
unos 3 Kms. todo un récord para una señora con unos cuantos
años. Me dijo “¿dónde
está mi camiseta, la que me he ganado corriendo?”…sin palabras
me quedé, aunque
reaccioné firmándole un autógrafo.
Salimos en dirección a Orgaz, ya enfilando el
puerto para
salvar los 286
m
de desnivel.
Era la etapa en la que creía que iba a estar
lo más duro por
dicho desnivel y…comenzamos a subir sin miedo, pero con el
respeto por los
metros y sin olvidar el “dichoso” peroneo
inflamado.
Ahí ya íbamos 7, Alfredo que siguió hasta el
final y Juan (
padre afectado y “motero” pero que se animó a hacer unos “pocos”
Kms. corriendo
hasta llegar a Orgaz. También vinieron 2 chavales con sus bicis.
Subimos “enchufados” las no muy pronunciadas
cuestas, pero
siempre picando hacia arriba, hasta culminar el puerto, donde
eufórico pregunté
que “cuándo venían las cuestas”. Y es que Alfredo me había dicho
que era un
puerto “durillo” y yo me lo imaginaba “durísimo”.
Para evitar asfalto en la bajada, decidimos
realizarla por
el camino antiguo de “cabras”... y eso es lo que parecíamos
bajando por ahí a
13 y 14 Km.
por hora.
A un ritmo de más de 12km/h llegamos al casco
urbano de Orgaz,
para entrar en el colegio donde nos esperaban unos 200 alumnos,
culminando la
etapa de 42,3 Kms. en el campo de fútbol y dando una media vuelta
todos.
Fue un recibimiento con gritos de “tú sí que
vales” y “Forrest,
Forrest”…la piel de la nuca se me erizó y la emoción hizo
estallar todo lo que
llevaba dentro con ese típico nudo en la garganta y alguna que
otra “perla” en
mis ojos.
Es una recompensa al esfuerzo y que hace
olvidar cualquier
mal que se pueda tener.
Otra anécdota aquí fue la pregunta de una
pequeña que me
dijo “¿dónde va a dormir esta noche?”. Mi respuesta fue sencilla
“ dormiré aquí
( refiriéndome a Orgaz ). Como estábamos en el campo de fútbol,
la pequeña dijo…”pero
si aquí no hay cama!!! ¿vas a dormir en el suelo?”. Le aclaré la
duda aludiendo
a que era en un hotel.
Bueno, no fue en un hotel sino en la casa
Atochal, donde su
dueña, Mª Victoria, nos atendió exquisitamente…como si
estuviésemos en casa. El
ayuntamiento de Orgaz se hizo cargo de todos los gastos.
Por la tarde asistimos a una representación
de teatro y
cante a beneficio de Afanion y donde fui “galardonado”
con un
pergamino con un escrito con rima y que comienza así:
Por un lugar de la Mancha
Que nunca podré olvidar,
Pasó un solidario atleta
Que corría sin parar.
Y una de las estrofas más emocionantes dice
así:
El cáncer es un gigante
Difícil de derrotar,
La esperanza y el amor
Son armas para curar.
Y termina así:
Gracias a nuestro Forrest
Y gracias a Famosa,
Esta carrera será siempre
Una historia muy hermosa.
SIN PALABRAS…..AHORA FORREST YA SABE QUE
TOLEDO ESTÁ AL
ALCANCE DE LAS MANOS Y LLEGA…SEGURO QUE LLEGA.
Toda la poesía es esta:
Por un lugar de la Mancha
Que nunca podré olvidar,
Pasó un solidario atleta
Que corría sin parar.
Atravesando llanuras
Algún puerto y olivar,
Por los niños con cáncer
De nuestra Comunidad.
Él no viajaba solo
Llevaba un fiel escudero,
Que hacía de coche escoba
Y de amigo consejero.
Se llamaba José María Silvestre
Para todos Forrest es,
Porque como Forrest Gum
Su misión era correr.
Al conocer a Cristina
Su corazón palpitó,
Pues del cáncer de su hija
Éste Proyecto surgió.
José María y Cristina,
Dos locos y un destino,
A los que el cáncer unió
Y hoy son buenos amigos.
Juntos creasteis a Forrest
No dejasteis de soñar,
En que este gran Proyecto
Se hiciese realidad.
Corre…Forrest…corre…
Le decían sin cesar,
Que los niños con tu ayuda
Mucho van a mejorar.
Como en esta enfermedad
Cada etapa es un reto,
Seguro que las superas
Con tu empeño y esfuerzo.
El cáncer es un gigante
Difícil de derrotar,
La esperanza y el amor
Son armas para curar.
Los molinos del Quijote
Te alegrarán el viaje,
Pero el viento y la lluvia,
Para ti serán gigantes.
Corre…Forrest…corre…
Pon el corazón en tus piernas,
Que los niños con cáncer
Sueñan con verte en la meta.
Todos deberíamos llevar
Un Forrest en el corazón,
Para ayudar a los demás
Con desinterés y amor.
Gracias a nuestro Forrest
Y gracias a Famosa,
Esta carrera será siempre
Una historia muy hermosa.
La etapa última….mañana!!!! que ahora ya es
hora de
acostarme…son cerca de la una de la madrugada.
Forrest.